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LA VIDA EN PAI [Guía para visitar Pai, Tailandia]

¿Alguna vez pisaron un lugar, todo lo que poseen todavía cargado en la espalda, y pensaron “no se dónde estoy, pero sé que llegúe”? No hay nada como ese sentimiento de paz de tener todo el tiempo del mundo en el bolsillo y un paraíso remoto listo para ser explorado. Eso fue exactamente lo que me palpó en la sangre cuando la pequeña furgoneta blanca que me había llevado por los ondulados caminos de las montañas tailandesas se detuvo frente al mercado nocturno de Pai. Mientras los colores del atardecer le hacían paso a las estrellas, los puestos de comida y artesanías se iluminaban con todo tipo de opciones para seducir a los turistas. Bastaba mirar alrededor para saber que si había otros visitantes en Pai, probablemente también se encontraban aquí degustando los cientos de opciones o usando sus encendedores para abrir la primera Chang o Leo de la noche afuera del 7-Eleven. A los lejos, las montañas dejaban verse al Buda blanco en la altura, quien observaba a los elefantes descansando en sus campamentos, el correr eterno de las cascadas, las vacas delgadas volviendo de pastar a lo largo del río y a aquel pobre que se quedó dormido en una hamaca en algún bar aislado. Este lugar es pequeño, pero tiene demasiado para ofrecer. La siguiente guía les explicará lo que tienen que saber para visitarlo, pero ningún consejo que pueda darles podrá decirles cómo hacer para irse.

¿CÓMO LLEGAR?

Generalmente hay dos opciones para llegar a Pai: viajando en motocicleta o en minibus. La primera es para los valientes, ya que el camino ondulado que separa a Chiang Mai de este pequeño pueblo es uno de los principales responsables de accidentes en Tailandia. Sin embargo, ir en moto tiene sus beneficios: las 750 curvas de la carretera esconden todo tipo de cascadas y templos que solo de esta manera se pueden visitar. En caso de elegir este método, es posible hacer más fácil el viaje pidiéndole a Aya Services que transporten las pesadas mochilas.

La segunda opción es por la que N y yo optamos. El pasaje suele costar 200-150BHT (dependiendo de si se adquiere en el hostel o en la terminal, con el detalle de que el hostel generalmente te recoge desde la puerta y el taxi a la terminal probablemente costará cerca de 50BHT). El minibus ofrece poco espacio y el viaje dura cerca de 3hras, con el beneficio de que se detiene en la mitad para que los hambrientos puedan disfrutar de unas papas Lays o de un Pad Thai entre otras opciones.

¿DÓNDE QUEDARME?

Donde alguna vez reinó la paz, el misterio y la autenticidad del norte Tailandés, se puede decir que hoy en el 2018 ya reina el turismo. La variedad de hostels populares en Pai abruma hasta al más experimentado de los viajeros. Purple Monkey, Common Grounds, Circus Hostel, y eso es solo el comienzo de una lista de opciones llenas de piletas, tragos gratis y gente relajada. Pero nosotros no queríamos saber nada de una cama pequeña por un precio exagerado, asi que cruzamos el pequeño puente de bamboo hasta Cozy Pai, un ejemplo de la cantidad de bungalows baratos que se encuentran disponibles. Por tan solo 300BHT entre dos o 200BHT para uno es posible tener tu propio bungalow con ventilador y un pequeño balcón con vista al lago. Además, la anfitriona Natalie se asegurará de recibirte siempre con una sonrisa y hacerte sentir en casa; creo que fue su culpa el hecho que este lugar nos atrapase a N y a mi por lo que casi fue un mes.

ACTIVIDADES

1. RELAJARSE

Puede resultarle gracioso a varios que esto sea una actividad, pero la realidad es que no hay ningún punto en sufrir aquellas 750 curvas si uno no viene a relajarse. Si estas en apuro y planeas visitar este lugar por solo una noche, mi recomendación es abstenerse. Pai es un lugar de paz y calma, donde los días se derriten y los músculos vienen a destensarse. La mayoría de sus visitantes responderán la pregunta de ¿qué hiciste hoy? con un “nada” y la más ancha de las sonrisas. Ya sea desde la hamaca de tu bungalow, en los sillones de Paradise Bar junto a los malabaristas o en la pileta de Paitopia; ya sea solo, acompañado, con un libro o (por qué no) con un porro, Pai es el sitio ideal para sentarse y dejar que las horas fluyan.

2. ANDAR EN MOTO

Alquilar una moto es un dilema, principalmente por que viene acompañado de un drama de controles policiales (los cuales buscan drogas y no les molesta la falta de licencia internacional como en Chiang Mai) y por la gran posibilidad de accidentarse (yo misma formé parte del gran desfile de muletas y vendas que hay todas las noches). Sin embargo, nada se compara con la posibilidad de poder tomar cualquier carretera y perderse en los eternos pastizales del norte Tailandés. Cualquier camino promete vistas increíbles, pero hay uno que asegura un entretenimiento especial: Vallhala. Tomando el nombre del cielo vikingo, este hostel/bar (conocido por su abundancia de hongos alucinógenos) se encuentra a unos 8km del pueblo. Rumbo a él nos encontraremos con subidas y bajadas, pero más importante, pasaremos por los campamentos de elefantes. Verdaderamente no hay nada como casualmente estar manejando la moto y toparse cara a cara con un una de estos majestuosos animales tambaleándose rumbo al baño. Además, los cuidadores del campamento siempre reciben a los curiosos con una sonrisa. Los precios varían entre 100-250BHT/día dependiendo de la calidad de la moto y es necesario dejar el pasaporte o 3000BHT.

En mi caso alquilamos siempre de Aya Services, que se encuentra en la calle principal, pero no haber probado otras compañías me hace imposible recomendarlos (además, tres veces se nos murió la batería de la moto y tuvimos que pedir que nos la reparasen-lo cual es libre de costo).

3. VISITAR EL CAÑÓN

Cerca de 7km del centro de encuentra el Cañón de Pai, también conocido como “ese lugar que hay que visitar en el atardecer”. La entrada es libre de cargo y aunque algunos grupos llegan con cervezas para despedir el día, la realidad es que caminar a lo largo del cañón no es una tarea del todo fácil. Lleno de resbaladizas rocas cubiertas de polvo blanco, este lugar promete un espectáculo natural a cambio de dejarle a todos sus visitantes un par de marcas en la parte trasera de los pantalones.

4. MERCADO NOCTURNO

La realidad es que si alguien me preguntase ¿qué es lo mejor que tiene Pai? el mercado nocturno sería lo primero que me vendría a la mente. Mientras el sol se esconde en el horizonte, las calles principales se cierran para peatones (y un par de motos que no entienden lo que calle peatonal significa) y los locales comienzan a exhibir todo tipo de opciones culinarias. Desde el tradicional pad thai/arroz frito hasta comida india, bruschettas, waffles, ensaladas burmesas, crepes, pizzas, hamburguesas, pollo asado y kebabs; la realidad es que el mercado tiene lo necesario para satisfacer cualquier estómago. Además de la comida, también es posible comprar todo tipo de artesanías coloridas, desde joyería y pantalones sueltos hasta dejarse hacer un par de rastas por los hippies exponiendo al costado del camino.

5. BUDA BLANCO

En lo alto en las montañas, observando incontables atardeceres se encuentra el Buda Blanco, al cual se puede acceder frenando en la misma ruta que llega a Vallhala y trepando un par de escalones. La entrada es libre de costo y la vista del valle es verdaderamente hermosa.

6. ALDEA CHINA

Para aquellos aventureros que tengan una moto pero no sepan dónde apuntarla, la aldea china es un buen lugar para ir a pasar el almuerzo. Apunten su vehículo hacia el mirador Hyun Lai, pero no dejen distraerse por el templo chino que aparecerá cerca suyo camino arriba. Una vez en la cima podrán disfrutar de una vista panorámica del pueblo y las montañas que lo envuelven. Cuando se cansen de la vista, dirijan la moto cuesta abajo hacia el templo que acaban de ver, donde podrán disfrutar de un económico almuerzo. El lugar no merece la pena a menos que uno tenga tiempo libre y una moto ya alquilada, pero en caso de que se cumplan estos requerimientos es un buen lugar para ir a matar las horas.

7. MUSHROOM SHAKES

Tanto en Indonesia como en Tailandia presencié una cultura turística en la que los hongos alucinógenos son tratados de una manera extremadamente casual. Los turistas los consumen a la madrugada, espontáneamente o con personas con los que no se sienten cómodos. Quiero aclarar que personalmente creo que todo alucinógeno es un tema de seriedad: es posible salir de un viaje absolutamente cambiados, enfrentados a rincones de nuestra mente que normalmente no nos animamos a explorar. Por lo tanto, recomiendo que en caso de querer consumir los famosos mushroom shakes (hongos alucinógenos batidos con algún tipo de fruta) es importante tomar la experiencia con la seriedad que merece y saber que los efectos pueden durar varias horas. Pero no estoy aquí para dar un sermón, si no que para hacer una guía turística.

Los shakes pueden comprarse en cualquiera de los bares conocidos para este propósito (Sunset Bar, Paradise Bar, Valhalla, entre otros). En temporada seca la escasez hace necesario encargarlos por la mañana o con un día de anticipación (no es necesario consumirlos, solo avisar que durante el día se los va a consumir). Tienen un precio de 500BHT por shake, son deliciosos y su potencia, en mi experiencia, es bastante débil. Sin embargo, los testimonios sobre esto último varian entre cosecha y cosecha, así que siempre es mejor ser precavidos.

8. SALIR A LOS BARES

Los bares en Pai tienen la peculiaridad de ir cerrando en un orden predeterminado, generando que no importa en qué lugar de la calle principal se decidan tener los primeros tragos, todos los que quieran salir terminarán en el mismo lugar. Un buen lugar para comenzar la noche es el 7-ELEVEN, el cual no es un bar si no una famosa cadena de mini mercados 24hras que se extienden uno tras otro por todos los rincones de Tailandia (también conocido como el Cielo de los borrachos al final de la noche). Ahí es posible comprar las primeras cervezas por un buen precio (57BHT) o incluso dividir una botella de Hong Thong o Sam Song (whiskey barato) si se tiene un grupo de amigos. Nota: Este último fácilmente puede convertirse en un coctail si es mezclado con alguno de los jugos de frutas (40BHT) que se venden en el mercado. También es posible realizar un shot de licor local por 10BHT en algunos de los kioscos locales, particularmente el que se encuentra frente al templo.

Desde ahí, la primera parada debe ser Why Not, Mojo Bar (en caso de querer escuchar un poco de música en vivo) o Boom Bar (entre otras opciones). Normalmente optamos por Boom Bar, donde es posible jugar al beer pong, bailar en la pista o disfrutar de una cerveza Chang o Leo sentados en los sillones. La siguiente parada, a medida que los bares cierran, es Yellow Sun. Finalmente, cerca de la media noche, todo el mundo cruza el puente para llegar a Don’t Cry, donde la música puede estar demasiado baja pero las bolas de queso, las papas fritas y el pollo frito esperan para ser compradas. A veces se encienden algunos fogones para apagar el fresco de las noches hasta que sea hora de volver a casa.

¿CUÁNTO TIEMPO QUEDARSE?

Lo llaman Paihole (el agujero de Pai) por que es fácil despertar un día y descubrir que hace una semana que uno se encuentra instalado en este pueblo y todavía no tiene ganas de irse. La realidad es que aunque para recorrer Pai se necesita apenas unas 24hras, para disfrutarlo correctamente se necesitan al menos tres. Personalmente pase cerca de un mes (entre idas y vueltas a Chiang Mai) en este lugar y no me arrepiento de haberle dedicado un solo día. Ya sea disfrutando de los campos, practicando malabares en Paradise Bar, divisando elefantes, o admirando al Buda blanco desde mi hamaca paraguaya no se me ocurre un mejor lugar para tomar un respiro y dejar que se derrita el tiempo.

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